El Consejo de Mayores creará un órgano, en coordinación con Bienestar Social, para atender a los ciudadanos en esta situación
El Consejo Municipal de Mayores de La Laguna ha dado el visto bueno a la creación de una comisión de trabajo con el objetivo de atender a las más de 4.000 personas que sufren soledad no deseada en el municipio y que trabajará de manera coordinada con la Concejalía de Bienestar Social, según informaron ayer desde el Ayuntamiento.
El primer teniente de alcalde y concejal de Bienestar Social, Rubens Ascanio, aseguró que se trata “de una novedosa iniciativa del Consejo Municipal de Mayores y de su Permanente, con carácter pionero en Canarias”, y destacó que han sido “los propios mayores quienes han apostado por abordar este problema y plantear propuestas, al ser uno de los colectivos más afectados”.
“Se trata de un grave problema de salud comunitaria que afecta a unas 190.000 personas en Canarias, de las que más de 70.000 son mayores de 65 años, que suma a otros perfiles como el de la población inmigrante, familias monoparentales sin apoyos, personas con discapacidad…”, explicó Rubens Ascanio.
Con estos datos, desde el área de Bienestar Social se estima que en La Laguna hay más de 4.000 personas que sufren de soledad no deseada, “una situación que requiere de políticas de cuidados y de refuerzo de las redes comunitarias; estas son las mejores herramientas para abordar esta problemática, tal como pudimos ver en el desarrollo de las jornadas y en las experiencias que se nos trasladaron por parte de las entidades participantes”, apuntó el concejal lagunero.
“Deterioro de su calidad de vida”
La soledad no deseada no implica necesariamente un aislamiento físico, ya que muchas veces, “aún estando acompañadas, las personas que padecen esta situación sienten que no cuentan con apoyos para el desarrollo de su día a día, una realidad que agudiza las situaciones de precariedad y exclusión, generando un serio deterioro de su calidad de vida”, comentó el concejal.
Desde el área de Bienestar Social se está trabajando en reforzar procesos comunitarios de largo recorrido, en los que se pongan sobre la mesa bancos de recursos que existan en cada pueblo y barrio, vinculados al desarrollo de estrategias como el Plan de Infancia o el de Ciudad Amigable con las Personas Mayores.
Estas acciones se complementan con otras, como el refuerzo de los recursos ya disponibles: teleasistencia, atención domiciliaria o proyectos específicos.
Fuente: Diario de Avisos