Cuatro trabajadores, de seis, se dan de baja a la vez. El motivo de fondo, los retrasos de la empresa, Ralons, en el pago de sus salarios. El Ayuntamiento inicia expediente para la resolución del contrato.
El Centro Ocupacional de San Mateo, que atiende a personas con discapacidad, no pudo abrir en toda la semana pasada. Y lo peor es que no se sabe cuándo podrá. El problema, explican desde el Ayuntamiento, es que ahora mismo no cuenta con el personal suficiente ni cualificado para poder atender a los 22 usuarios que acuden a diario a sus instalaciones. El alcalde, Antonio Ortega, informa de que el pasado viernes 13 de septiembre, por la tarde, y sin apenas margen de maniobra para la institución municipal, cuatro de los seis trabajadores que llevan el centro presentaron la baja a la misma hora. Desde entonces ese personal no ha sido sustituido y el servicio no ha podido abrir.
No es ni mucho menos habitual que cuatro empleados se pongan malos a la vez, señalan desde el consistorio. Así las cosas, enmarcan la maniobra en el contexto de un conflicto laboral entre la plantilla y la empresa concesionaria de la gestión de esta instalación, Ralons Servicios. Sus trabajadores llevan meses con retrasos continuados en el cobro de sus salarios. Les han llegado a pagar a mitad de mes y puede que esta circunstancia, señalan las mismas fuentes, haya podido desencadenar esta forma de protesta.
El regidor municipal subraya que el Ayuntamiento «le paga religiosamente» a la empresa, por lo que desliga a la institución del conflicto suscitado entre las partes. Es más, informa de que dado que esa entidad tiene las cuentas embargadas, los ingresos se los tienen que hacer a la Seguridad Social. Ralons ganó el concurso en 2018 y gestiona el centro desde septiembre de aquel año por un contrato valorado en 222.904 euros y con una duración de 2 años con derecho a prórroga. «Ganó el concurso porque cumplía los requisitos, en estos casos no queda otra», aclara el alcalde.
Ortega lamenta las molestias que se les están causando a los usuarios y a sus familiares, con los que aclara que ya se ha reunido para informarles, pero también subraya que el Ayuntamiento en este caso es otro afectado más. «Nos encontramos con esta situación sobrevenida y no podemos actuar con la diligencia que nos gustaría porque la ley es garantista y nos obliga a una serie de trámites antes de actuar».
En todo caso, explica que no se han quedado parados. En cuanto se enteraron de las bajas, metieron prisa a la empresa para que sustituyera al personal. Se quejan de que el martes y el miércoles de la pasada semana Ralons intentó incorporar, cada uno de esos días, a un trabajador nuevo, pero que en ninguno de los casos reunía la formación adecuada. Además, con uno no bastaba. No cumplía el ratio de atención. «Nos dicen que no encuentran personal y a nosotros nos da que no hacen lo suficiente». Así las cosas, el Ayuntamiento ya ha iniciado el expediente para resolverle el contrato a Ralons. El problema, advierte Ortega, es que la empresa se niega a hacerlo de mutuo acuerdo, por lo que obliga a una tramitación más larga con plazos que el consistorio no puede saltarse.
Fuente: Canarias 7